Chiara merecía un castigo, y lo tuvo... y qué mejor momento que el día del BDSM para llevarlo a cabo! En realidad fue por la noche ante la curiosa mirada de los asistentes al club Rosas 5 de Barcelona. Sangre, agujas, puntos de sutura, rosas y un tridente fueron usados para dar un escarmiento a tan díscola sumisa, que desde entonces ha aprendido la lección y se ha convertido en fiel y abnegada esclava en cuerpo y alma. Así presenté el espectáculo que compartí con Luis Pardo a las agujas y con la cantante de ópera Medora que consiguió poner los pelos de punta con su potente voz en directo.
"Mortificar el propio cuerpo o ajeno para la purificación del alma es
algo que se lleva haciendo desde hace siglos en el cristianismo. Con
sangre la palabra de Dios cobra mas sentido y la fe queda arraigada en
el individuo. Entre incienso y una voz celestial asistiremos al martirio
de un alma errante que necesita del castigo para entender la
obediencia."
No hay comentarios:
Publicar un comentario